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Alejandro Serrano


Alejandro Serrano

viernes, 11 de marzo de 2016

Delegación de tareas..... si funciona... no lo toques!!!!




Lo de "si funciona, no lo toques", es una de las leyes de Murphy.

¡Qué sabio era ese Murphy!


En muchos puestos de trabajo he tenido que delegar tareas dentro de mi equipo. Algunas estaban impuestas por procedimientos internos (debían hacerlas las personas de cierta categoría profesional), otras porque yo había organizado mi departamento y así lo había establecido pero otras.... eran por tradiciones antiquísimas.

Y esas tradiciones antiquísimas.... por norma general, mejor no tocarlas Sobretodo cuando no eran cosas que les quitasen mucho tiempo y sí les solían dar cierto sentido de responsabilidad dentro de la empresa.


Pongo ejemplos. Control de los cambios de turnos de trabajo. Con que lo validase uno cualquiera de los diferentes jefes de turno me era suficiente. Él ya conocería a los dos que querían cambiar el turno y saber si era válido o no (por ejemplo si el uno no sabía ocupar el puesto del otro, ya sería él quien dijese que no).

En otro caso, empecé a llevar el control de reconocimientos médicos puesto que había que notificárselo puntualmente a personal.... y me entero que siempre había sido un jefe de equipo quien lo había hecho.
Pues oye, que no hay problema. Le preparé una hoja Excel para que marcase la fecha de cada uno y que cada semana (si había cambios) me hiciera saber los cambios.

O las operaciones que debía aprender y en qué orden, un operario recién entrado en la unidad. Delegación total al jefe de equipo de la zona donde iba a trabajar. No tenían una regla fija. En función de la gente que tuvieran ya sabrían en qué orden ponerle. En función de la destreza del mismo ya sabrían qué itinerario saber.


Son cosas que a mí, realmente, me costaba poco hacerlo, pero a mis subordinados tampoco. Todos se quieren sentir corresponsables dentro de la empresa.

Y.... había cosas que querían hacer cada uno o que, en grupo se habían repartido. Cosas que desde luego, no me quitaban mucho tiempo ni liberaban de otras pero que querían seguir haciendo ellos.


Pues.... el compromiso existe y lo valoro. Y si tenían ese compromiso y querían hacerlo y lo hacían bien, contaban con mi apoyo. Poco a poco, preguntando poco y observando mucho me fijé en qué tareas deseaban hacer y las hicieron.


Hay quienes quieren hacer todo lo que está a su alcance en las ocho horas de trabajo. Y si son tareas variadas, mejor. Menos monotonía y más involucración.

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