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Alejandro Serrano


Alejandro Serrano

viernes, 1 de abril de 2016

Rumorología. Esos juegos peligrosos





Empiezo con una pregunta clara y directa: TÚ, sí tú....¿Podrías confiar un secreto en tu equipo de trabajo o en tus subordinados sin que hubiera filtraciones?

Lo único claro de los secretos es que solo hay un método para que se mantengan: no revelarlos.

Aunque a veces se nos presentan situaciones en las que tenemos que revelar parte de los mismos aunque solo sea para saber la opinión de terceros que nos puede ser muuuuuy valiosa.


Pongo un ejemplo ficticio. Tenemos un problema de organización de turnos de vacaciones y consideramos replantearlos de cara a la siguiente vez. Le damos vueltas, ponemos varias soluciones en modo borrador y desearíamos poder comentarlas con más de una persona antes de tomar una decisión. Puede que nosotros tengamos clara cuál es la ventaja empresarial, pero puede que alguien nos haga ver cuál es la preferencia del personal y, entre unas cosas y otras, sopesemos cuál es la mejor ventaja global (no desdeñemos la importancia de tener satisfecho al personal en su puesto de trabajo. NUNCA).

Para ello consultamos con algunos de los más allegados en el organigrama.

Ahora bien.... por mucho que le reiteremos que se trata de algo en modo borrador y que es confidencial...... ¿Seguro que se van a callar o que, en la máquina de cafés, les van a "tirar de la lengua" y contarán todo eso que se supone que era secreto?

Cada uno actúa como es. Algunos se llevarán el secreto a la tumba, otros, aún no han salido por la puerta y, aún con buena voluntad, ya les han cazado parte de la información (a veces incluso con "preguntas trampa")

¿Cómo detectarlos y, en consecuencia saber en quién poder confiar?

Porque lo que está claro es que se nos van a dar casos en los que necesitemos consultar algo confidencial por lo de la segunda opinión, pero necesitamos igualmente que siga siendo absolutamente confidencial y estamos dispuestos a prescindir de algunas opiniones si eso resta confidencialidad.


Hay un "truco" infalible.

Consideramos una hipótesis de reorganización de algo, de cambios a aplicar o de lo que sea. Que lo estamos valorando y punto, y ponemos varias opciones sobre la mesa.

Citamos a las personas que consideramos para pedirles su opinión. A cada uno de ellos les diremos que es solo algo que se considera (algo que ni por asomo pensamos hacer, lo ponemos solo como prueba), que queremos saber su opinión y que.... confidencialidad absoluta.
Al menos tienen que ser tres las personas citadas, y a todas ellas hay que darles un plan diferente sobre el que tienen que guardar confidencialidad..
Y se les debe citar a todos en un periodo muy breve de tiempo.

A partir de ahí.... a dejar pasar el tiempo. A ver cuánto tardamos en escuchar rumores al respecto de lo que hemos dicho. Según sea el rumor, sabremos quién es el primero que se ha ido de la lengua (o el que nunca se ha ido de la lengua) y según la intensidad, lo que se ha "aireado".

Con eso.... tenemos los mimbres para saber a quién consultar y a quién evitar cuando el tema expuesto sea firme y realmente serio.







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