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Alejandro Serrano


Alejandro Serrano

lunes, 6 de junio de 2016

La vida de todos los que te rodean en el día a día (1/2)




A veces denomino una fábrica como una "burbuja" dado que la gente que hay es la misma día tras día y la relación con el exterior es pequeña. Alguna auditoría, alguna visita puntual pero desde luego, para un empleado que trabaja en una línea de montaje, a veces acaban siendo personas que pasan a poca distancia suya pero sin mayor relevancia.

Tanto es así que habitualmente los responsables de los almacenes de recepción y de expedición de materiales hablan con los conductores de camiones que llegan. Realmente, en una fábrica donde no acuden clientes sino que es una red comercial quien consigue pedidos y solo se reciben las características de los mismos para hacer el programa de producción, para los de almacenes, poder hablar con un camionero durante un ratito, conocer algo "de fuera" (a veces sabría lo justo de su idioma), conocer alguna anécdota, etc.... era lo que les sacaba de la rutina.

Sin embargo el resto, tan aislados como están del resto del mundo, tan integrados como están entre ellos. Encuentras gente de diferentes edades, muy dispares, de diferentes orígenes, que han llevado trayectorias dispares. Algunos más veteranos empezaron trabajando en el campo y les surgió la oportunidad de trabajar en una fábrica y ahí continúan. Otros más jóvenes encontraron ahí una posibilidad de estabilidad laboral y desean aprender bien "su oficio".

Lo sorprendente es que muchas veces hay conversaciones entre ellos "sin mirarse a la cara". Esto es, puede haber dos personas que están a cuatro metros una de la otra, cada una mirando el producto que viene, trabajando según el ciclo establecido y posiblemente hasta estén de espaldas el uno frente al otro. Sin embargo ello no es impedimento para que puedan hablar en voz alta y mantener una conversación entre ellos.... un poco extraño eso de no hablarse a la cara pero acostumbrados están.


Como responsable de la UAP, sí puedes dirigirte (y en ocasiones hay que hacerlo y a veces, fuera de la línea de montaje) a los operarios. Se pasa mucho tiempo al día con ellos. Por descontado hay que tratar con ellos muchas veces "de tú a tú".

¿Qué significa tratar de tú a tú?. Una sonrisa y un buenos días al verlos, día tras día. Que pasen un buen turno (incluso a esa persona que te está haciendo tambalear los objetivos y le tienes "en el punto de mira". Quizá ese sea el que más suerte necesite que le des).

Mientras observas las máquinas, las piezas, los procesos, interaccionan contigo y tú con ellos. Acabas aprendiendo la vida de todos ellos. En alguna ocasión preguntas a uno de ellos sobre las obras de la casa del pueblo. Sabes que tiene ya reformada la cocina y le falta pintar y una de las habitaciones. Sabes que otro se reserva un puente para hacer obras en su casa, te has enterado hasta qué tiendas ha visitado, ha ponderado y, quizá hasta te ha surgido de darle tu opinión personal pues conoces esas tiendas.

Hay otro que comenta que el fin de semana son las fiestas de su pueblo. El viernes ha quedado con los amigos y el sábado tiene comida.... que acabará a la hora de cenar por lo menos. Seguro que el lunes acapara buena parte de la conversación contando el fin de semana. Tan seguro que el año pasado hizo lo mismo por las mismas fechas y es que para él, se trata de una fecha señalada en el calendario.

¿Dónde se van de vacaciones?. Era una pregunta que, un mes antes de irnos de vacaciones se la hacía a todo el mundo y, quizá de las pocas preguntas que nadie rehusaba responder. Eso sí, respuestas de lo más variopintas. Había quién respondía que a ningún sitio. Quizá porque no coincidía con vacaciones con la mujer, quizá porque estaba acostumbrado a hacer algún viaje durante el año y pasar los días de verano en casa relajado y cambiando la rutina. Había agricultores que ocupaban esos días con labores agrícolas (para ellos acababa siendo un ocio, con el tiempo me enteré que la mayoría tenía muchas tierras pero que solo cultivaban las que podían atender en condiciones en su tiempo libre).
Las respuestas de irse a la playa, a algún sitio de montaña, al pueblo natal y visitar  a familiares estaba a la orden del día, solía ser la más reiterada. Y también estaba la de gente que se aventuraba e iba más lejos, en algún circuito organizado, por su cuenta, con la pareja, con un grupo de amigos.... hasta donde el dinero diese de sí.

Respuestas muchas pero ante la pregunta del destino y planes de vacaciones, todos respondían incluso con alegría.

Luego, lógicamente estaba la segunda parte: ¿Qué tal las vacaciones?. Y es una pregunta que hay que hacer a todos, a los que se han quedado en casa simplemente cambiando la rutina y olvidándose del reloj hasta los que han viajado millas y millas.


Había siempre algo más, alguno de los compañeros/as de mayor edad nos dice que va a ser abuelo en unos meses.... o de mayor alegría un empleado te dice que va a ser padre en unos meses. Y por supuesto, la de que una empleada te diga que va a ser madre (esto conlleva algunos quebraderos de cabeza por motivos médicos y ergonómicos pero..... creo que la alegría de la situación supera a las dificultades que atañen y que, con la debida planificación, todo se organiza).
Recuerdo la primera vez que una empleada me lo dijo. No era una empleada de mi UAP. Ese día yo estaba sustituyendo a un compañero que estaba ausente y gestionando mi UAP y la suya simultáneamente. Tanto mi compañero como todos los miembros de su UAP sabían la situación pero fuera de ella no era frecuente que las noticias personales corriesen con tanta rapidez.

El caso es que estaba mirando una máquina y uno de los jefes de equipo de esa UAP me dije que una operaria quería hablar conmigo (a falta de mi compañero, que era su jefe directo, con quien tenía que hablar era conmigo, lógicamente). Le dije que por supuesto, que se pusiera a hacer su trabajo durante el tiempo que fuese menester (protocolo habitual) y que viniera a verme.
La empleada me empezó a contar que si tenía que ir al médico de empresa, que si tenía que hacerle una valoración de puestos de trabajo, que estaba citada para tal hora, que....
y le interrumpo: ¿Tienes algún problema de salud?. Claro, tanta restricción y problema médico no era habitual.
La empleada no cayó en que yo no lo sabía: "es que estoy embarazada".
¡Ah...... pues lo primero de todo, enhorabuena!. Y le dí dos besos con una sonrisa en la boca. Era la primera vez que una empleada (aunque jerárquicamente no dependiese de mí y solo fuese de forma circunstancial) me lo decía.
Continué: Debías haber empezado por ahí, no sabía nada. ¿Cómo lo llevas?. Y, lo que iba a ser una breve notificación de los protocolos médicos que debía seguir (lógicamente los médicos iban a indicar qué operaciones no podría hacer estando embarazada y habría que ajustarse a ello), acabó en una conversación amena donde me contó que no tenía náuseas de momento, que no se sentía cansada pero se cuidaba bastante. Era el primer embarazo y de momento todo estaba yendo bien. Lo que era un mero protocolo de comunicación de "parte médico" acabó siendo una conversación de "tú a tú", donde yo mismo pude comentarle alguna situación que recordaba de otras personas que habían estado embarazadas y cómo lo habían llevado (ahí lo siento, la empatía llega hasta donde llega y, por motivos más que evidentes, no podía hablar en primera persona).
Pasaron semanas y, cada vez que pasaba por la zona y la veía, aprovechaba siempre para preguntarle qué tal le iba.... hasta que un día me dijo que esa semana sería su última semana de trabajo. Que el médico le iba a dar la baja con fecha del lunes siguiente y hasta después del parto y posterior baja maternal no se reincorporaría. Aproveché para desearle lo mejor y, meses después saber de ella.

Es algo que he considerado importante, saber la historia de cada uno. Lejos del "cotilleo", saber si alguno tiene problemas o tiene alegrías. Saber si su hijo está a punto de acabar los estudios, o si tiene interés en alguna afición concreta (con alguno he hablado de aficiones que compartíamos juntos) o....

Para acabar, una anécdota de una conversación que oí a mis espaldas y....reconozco que tuve que hacer esfuerzos para no reír a carcajada limpia.

Era sabido que un empleado se iba a casar en breve y estaba preparando su casa con su novia. El tema de conversación de qué tal lo llevaba ya era recurrente.
Un buen día, según pasaba por la zona donde trabajaba esa persona oigo que le preguntan: ¿Qué tal llevas las compras para el salón?. Y la respuesta fue..... "pues mal, porque ayer estuvimos mirando cortinas y sofá y no nos poníamos de acuerdo". Y una tercera persona le dijo (todo esto, yo a unos cuantos pasos oyendo todo)..... "mira que te lo tenemos dicho, que le dejes elegir a ella las cortinas que quiera pero que el sofá lo elijas tú, que seguro que alguna noche te toca pasarlo allí".
Risas generalizadas, y costaba mantener la seriedad ante esa ocurrencia.


Importantisimo.... saberse la vida de las personas con las que trabajas, las dificultades, las alegrías. Interesarse por ellas. No por hacer un expediente de ellos. No lo vas a necesitar. No vas a necesitar apuntar ninguno de los datos que te digan (¿O acaso vas a anotar los destinos vacacionales?). Sí vas a necesitar memoria. Saber que no solo hay que saludar con una sonrisa todos los días sino que a alguno hay que preguntarle (si alguien te pide permiso por una operación de un familiar, interesarse por cómo han ido las cosas a su retorno).





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